Santa Clara

25/12/2016

    Santa Clara es una saga compuesta por seis novelas publicadas entre 1941 y 1945. En España hemos tenido distintas ediciones. La más reciente es la de la editorial Molino, que, a partir de 2014, publicó cada volumen por un precio de 12 euros. Oscilan en torno a las 250 páginas. Sin embargo, poco antes, en 2009, RBA publicó un único tomo que contenía los seis títulos. Su precio original era de 23'50, aunque posteriormente se saldó por 5'95. Este volumen consta de 656 páginas con un tamaño de letra mucho más pequeño que el empleado en las ediciones de Molino.
    Los seis títulos aparecen ordenados en imágenes que he incluido más abajo.
   La saga tuvo una serie de animación japonesa  (Mischievous Twins: The Tales of St. Clare's) en 1991 y tres películas alemanas (Hanni & Nanni) entre 2010 y 2013.


 ¿De qué va?:

    A sus catorce años, las mellizas Pat e Isabel O'Sullivan dan muestras de una vanidad y un engreimiento que sus padres consideran intolerables. Para corregir su actitud, deciden cambiarlas de colegio y enviarlas a un internado, Santa Clara, conocido por su buen hacer educativo. Las dos muchachas acceden de mala gana, pero con la intención oculta de portarse lo peor posible. Sin embargo, una vez allí, las cosas no salen como esperaban.



¿Qué opino yo? (Sin destripes):

    A pesar de la fama de Enid Blyton, yo nunca había leído nada de ella hasta ahora, y ha sido porque la casualidad la ha puesto en mi camino. Un día, de compras en un centro comercial, hice mi visita obligada a la zona de la librería y allí, entre las ofertas, vi un único ejemplar de Santa Clara por 5’95 euros. El tomo en cuestión contiene los seis libros que componen la saga. Allí mismo busqué un poco de información y descubrí que esa edición se vendía antes por más de 20 euros y que ahora se venden por separado cada uno de los títulos. Ante esa situación no hay que pensar mucho; me lo llevé para descubrir a una escritora que ya se ha abierto hueco en mi corazón, porque ahí es donde se quedan las historias de las jóvenes alumnas del Santa Clara.

     Como se ha podido ver, Santa Clara es un colegio, pero cabe aclarar que, a pesar de su nombre, lo que se narra no tiene nada que ver con la religión.

     Los seis libros de la colección son similares en cuanto a estructura, estilo e historietas, por lo que he decidido hacer una sola reseña para todos ellos, respetando así el espíritu común.

     Solemos atribuir a la palabra “internado” connotaciones negativas, y la mayoría de las veces, con razón, pero esa sensación se evapora con estas novelas, en las que las jóvenes traban amistades férreas, gastan bromas, organizan fiestas de medianoche a escondidas… al mismo tiempo que desarrollan un sentido del honor imprescindible para la buena convivencia social y adquieren un aprendizaje completo y sólido. 


    «Son los caracteres firmes los que deberían poder cambiar de parecer de vez en cuando. Yo le llamo ser débil a aferrarse a algo que uno sabe que es una tontería».


     Aunque las muchachas del Santa Clara tienen inquietudes y aficiones más sanas que las que los tiempos modernos pretenden inculcar a los jóvenes de hoy, estos podrán verse reflejados en muchos aspectos de aquellas, por lo que estos textos resultan muy cercanos. Por supuesto, también para los adultos que han pasado por esas etapas pueden ser muy amenos. Incluso en el caso de jóvenes y mayores que no hayan experimentado exactamente lo mismo, es divertido imaginarlo.

     Os aseguro que he acabado de leer la obra con ganas de probar la cerveza de jengibre que tanto éxito tiene entre las protagonistas. Y, desde luego, no me habría importado demasiado estar en un internado británico, siempre y cuando fuera igual que el que se describe, y emocionarme organizando con mis compañeras comilonas a medianoche a espaldas de las profesoras, a pesar de que hoy por hoy pertenezco a este último grupo. Creo que, con el entusiasmo que ponen algunas de estas chicas en los deportes, hasta me habría animado a participar en sus juegos, algo a lo que, la verdad sea dicha, nunca he sido muy dada. Algunos de sus partidos me recordaron al de quidditch que tiene lugar en Harry Potter y la piedra filosofal.

     Santa Clara es un libro exclusivamente femenino; todas sus protagonistas son niñas o mujeres. Aparte de la aparición puntual de algún que otro padre, sólo en uno de los seis títulos hace acto de presencia un chico joven, y su participación en la trama es bastante irrelevante.

Las alumnas se acercan más a la adolescencia que a la infancia, pero sus preocupaciones no giran en torno a asuntos del corazón; las cuitas amorosas están ausentes por completo. Estas muchachas van adquiriendo autosuficiencia y determinación conforme avanzan los cursos y van creciendo.                                                                                                                                                            

    «El tener mucho dinero no significa que se disfrute más. La gente que dispone de poco le saca, a veces, más provecho».


     La trama se centra en su día a día en el colegio, en las dificultades a la hora de estudiar, los conflictos que surgen entre algunas, su manera de romper la rutina y las enseñanzas que las van a ayudar a convertirse en mujeres que puedan sentirse orgullosas de sí mismas.

     Pat e Isabel son las mellizas con las que empieza todo, pero a lo largo de los seis libros, otras chicas serán tan importantes como ellas o incluso más.

     Cuando empecé el segundo libro y vi que seguía una línea similar al primero, creí que a partir de entonces todo se me iba a hacer muy repetitivo. Sin embargo, al seguir avanzando me di cuenta de que no era así. Siempre hay matices diferentes y, al final, estaba tan ansiosa como los propios personajes por conocer a las alumnas nuevas de cada curso y lo que darían de sí.

     Algunas se acaban ganando más el cariño que otras y, como no podría ser de otra manera, en todos los cursos hay algunas conflictivas. Me dio la impresión de que algunas de estas se parecen demasiado entre sí, pero eso también suele pasar en la vida real, sobre todo si los sentimientos preponderantes son la envidia y los celos. 


    «Nadie puede ver las cosas con claridad cuando los celos o la envidia cubren de niebla la mente».


     También las profesoras dan lugar a momentos inolvidables, sobre todo Mademoiselle, a quien las niñas cogen siempre como blanco de sus bromas. Algunas de estas son muy pesadas y, en ocasiones, me he llegado a enfadar bastante al ponerme en la piel de la pobre profesora de francés, pero, en el fondo, estas bromistas no tienen mal corazón. El lado más entrañable y simpático de Mademoiselle, única profesora presente en todos los cursos, se acentúa cuando llegan al colegio sus traviesas sobrinas Claudina y Antoinette.

     Otra de mis favoritas es la señorita Theobald, la directora, siempre con la palabra exacta en el momento justo, aunque en más de una ocasión se lleva algún que otro disgusto. 
         
                


    Estos escritos de Enid Blyton no tienen ninguna complejidad en cuanto al estilo. Blyton utiliza un léxico y una sintaxis simples, cotidianos, muy al alcance de cualquiera. Nadie tendría los problemas de comprensión lectora que pueden suscitar algunos clásicos infantiles o juveniles de antaño en lectores poco experimentados. No obstante, he visto algo que me ha molestado. Las nuevas ediciones de los libros de esta autora vienen con una “nueva traducción para adaptar el lenguaje y las expresiones a día de hoy”.

Bien, “a día de hoy” es un galicismo; mal empezamos. La RAE recomienda “hoy”, “hoy por hoy” y “hoy en día”. Dejemos eso de lado y vayamos al fondo del asunto: no sé con exactitud en qué consiste esa actualización; no considero tan grave, por ejemplo, usar “sándwich” en lugar de “emparedado”, pero sí es grave modificar el texto del autor, como, según he leído, es el caso de Los cinco. Por lo que he visto, se han eliminado expresiones sexistas y racistas, y creo que eso es manipular de forma equivocada la mente infantil. A veces tratamos a los niños como si fueran tontos, y no debe ser así. Si eliminamos de sus lecturas aquello que está mal, les daremos una información sesgada, manipulada y enfocada siempre en la misma dirección, con lo que estaremos dificultando el desarrollo de su capacidad crítica y despojándolos de herramientas para enfrentarse a esa parte negativa de la sociedad, además de no darles la oportunidad de conocer la evolución histórica de las sociedades, de aquello que nos ha llevado hasta aquí. El racismo y el sexismo existen y pienso que, en lugar de eliminarlos de los libros y recluir a nuestro hijo en una burbuja de falsa protección, debemos explicárselo y ofrecerle instrumentos para que no caiga en esas actitudes. Por eso, recomiendo revisar bien en qué consisten los cambios de las nuevas ediciones antes de hacerse con ellas.

     De hecho, con esas modificaciones que no respetan el texto de la autora y que, al parecer, también se han hecho en inglés, yo no las querría ni para mí.

     En resumen, Santa Clara es una obra formada por seis libros divertidos, con valores positivos, unas protagonistas traviesas y entrañables, y son aptos para cualquier edad.

Puntuación: 4 (sobre 5)
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