Pandemónium

20/03/2013
 
        Pandemónium es la segunda parte de la trilogía iniciada con Delírium. La editorial SM la trajo a España en el año 2012. Su precio en librerías es de 15'95 euros y tiene una encuadernación en tapa blanda, al igual que el primer libro. La portada cuenta con un diseño muy juvenil que no deja adivinar el contenido de la obra, y si hacemos caso a la Real Academia Española de la Lengua, el título debe llevar tilde. 
       Se enmarca en el mismo mundo distópico que su antecesora y su historia se completa, además de con Delírium y Réquiem, con la serie de novelas cortas que Lauren Oliver, la autora, está dedicando a los personajes secundarios que pululan por las páginas de los tres libros principales.

¿De qué va?: En un mundo que prohíbe el amor por considerarlo una enfermedad, Lena Holloway busca un hueco donde poder vivir en libertad tras las duras experiencias que la llevaron a tomar conciencia de lo que es justo y lo que no. Encuentra su hueco entre un grupo de gentes que, como ella, se vieron obligadas a buscar una salida. Ahora, como miembro activo de la resistencia, debe afrontar su primera misión, mantener vigilado a Julian Fineman, líder de las juventudes de América sin delírium.

¿Qué opino yo? (Con destripes de Delírium): Esta novela me gustó menos que su predecesora a pesar de que, en principio, cuenta con elementos que podrían hacerla más amena. El ritmo es más ágil que en Delírium y la acción, más rápida. Lena ha evolucionado como personaje debido a lo acontecido en el primer libro, sobre todo al traumático final de Álex. Esto es lo que condiciona todas sus acciones y pensamientos, y nos vamos a encontrar a una chica más valiente, arriesgada, decidida y con confianza en sí misma. 

        El argumento no está narrado de forma lineal, sino que la autora alterna capítulos que sitúa en el tiempo presente y otros que se dan en el pasado. En estos últimos, Lauren Oliver cuenta qué le sucedió a Lena tras cruzar a la tierra salvaje. La rodea de un grupo de secundarios con los que no llegamos a empatizar  del todo. De la mayoría de ellos, Oliver sólo nos da pequeñas pinceladas, y quizás es Raven a quien terminamos conociendo mejor. De hecho, la escritora ha dedicado una novela corta a esta joven.

        En los episodios del presente observamos el contraste entre la Lena que llegó a la tierra de los no curados y la nueva Lena, miembro de la Resistencia. Y aquí encontramos lo que considero uno de los mayores fallos: una nueva trama amorosa. Mientras que en Delírium el amor tenía sentido porque era lo que hacía revelarse a la protagonista y darse cuenta de que las leyes establecidas eran erróneas e inmorales, ahora es algo metido con calzador para atraer a más lectores jóvenes.


«En un mundo sin amor, eso es lo que somos las personas: valores, beneficios y cargas, números y datos. Sopesamos, cuantificamos, medimos, y el alma quedará reducida a polvo».


        Toda la trama urdida en contra de los poderes públicos y que tanto prometía queda diluida por esta nueva historia romántica que, además, no está bien elaborada ni consigue transmitir lo mismo. Han transcurrido sólo unos meses desde que la protagonista perdió al supuesto amor de su vida, y en cada momento vemos que no lo ha podido superar. Sin embargo, pronto se siente atraída por otro chico, el cual me ha parecido un personaje flojo y sin suficiente carisma. 

        Hay un paralelismo en esta relación con la del primer libro: Julian es lo que Lena era en Delírium y ella hace con él el papel de Álex, pero de forma menos convincente. 

        El estilo narrativo sigue siendo simple y el vocabulario, sencillo. Las escenas de acción son más abundantes en Pandemónium, pero conseguían emocionar más al lector en Delírium. De nuevo la escritora emplea la primera persona, dejando a Lena como narradora. Aquí, ésta se acerca mucho más a la Katniss Everdeen de Los juegos del hambre, ya que vemos a una guerrero que deja atrás todas las dudas y miedos que la caracterizaban anteriormente, pero muy lejos de llegar a la frialdad, porque los actos de Lena están impulsados por sus sentimientos.

        Esta obra es también más corta que la novela anterior. Mientras que la primera contaba con cuatrocientas cuarenta y ocho páginas, ésta tiene tan sólo trescientas setenta y nueve y, sin embargo, en algunas partes se me hizo más pesada.

        Hubiera preferido un argumento que avanzara de forma lineal en lugar de esos saltos temporales que restan misterio a los fragmentos del pasado, puesto que cuando los estamos leyendo, gracias a que conocemos el presente, sabemos quiénes sobreviven.

      La obra merece la pena por su final, que hace que deseemos coger rápidamente el último de la saga, Réquiem.

Puntuación: 2 (sobre 5)
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